Durante una jornada veraniega, me dedico a practicar una de las modalidades de pesca que más me gusta, la pesca a la inglesa.
El escenario elegido es un río, en su tramo medio donde la corriente es muy escasa, aunque en este caso fue variando la intensidad de la corriente a lo largo de la jornada, por lo que el montaje de la línea fue variando en función de las condiciones.
El puesto lo ubique como no podía ser de otra forma a la sombra, bajo un fresno, como verán en el vídeo el puesto está rodeado de vegetación a ambos lados y en la parte superior por las ramas del árbol que impedían realizar lances con comodidad, por lo que en este escenario la habilidad del pescador a la hora de lanzar es primordial para evitar enredar la línea entre la vegetación terrestre, la ventaja es que la vegetación aporta sombra y algo de camuflaje para que no te vean los peces, ya que en este escenario la presión de pesca es muy elevada, por ello la aproximación al puesto debe ser lo más silenciosa posible.
Tras ubicar todos los aparejos en el puesto, procedo a realizar la preparación del engodo, en esta ocasión el engodo elegido es de la marca Yuki especifico para lagos y ríos con escasa corriente, de color amarillo, a este kilo de engodo le añadí pan rallado y chocolate en polvo para darle más consistencia y sabor.
A la mezcla del engodo le añadí tanto maíz como gusanos blancos y rojos, es importante mezclar todo muy bien y humedecer el engodo paulatinamente para obtener la textura que necesitemos, en este caso al saber que en la zona hay una alta densidad de alburnos y perca soles, necesitaba que el engodo no creara una nube a medias aguas sino que se hundiera rápidamente hasta el lecho del río y así crear una mancha de engodo y cebo en el fondo, de tal forma que el engodo estimulara a las carpas, no a los alburnos y perca soles.
El flotador que utilice fue un modelo comercial de cuerpo recto, plomeado en su base y provisto con una antena muy fina que aporta una gran sensibilidad para detectar la mínima pica, el tamaño del flotador es de 3+3grs.
El montaje de la línea debe ir enfocado a las condiciones del escenario y a las especies de peces que deseen capturar, en esta jornada de pesca inglesa mi intención era capturar carpas comunes, por lo que el montaje que utilice fue el siguiente: el 60% del plomeado lo concentre en la base del flotador, el resto del plomeado lo concentre en un masivo para que la línea se hundiera rápidamente, para evitar las picadas de las perca soles y principalmente de alburnos, que se encuentran a medias aguas.
Entre la línea madre y el bajo de línea inserte un emerillón, como costumbre siempre suelo colocar el último plomo por encima del emerillón y para dotar de mayor elasticidad el montaje utilice un bajo de línea largo de unos 45 o 50 cm, lo que permite presentar el cebo con mayor naturalidad.
Tras comprobar que solo asomaba una pequeña parte de la antena del flotador sobre la superficie del agua, lo que indica un preciso plomeado del flotador, realice la importante tarea del sondeo del puesto, es primordial saber que profundidad tiene la zona en la cual queremos pescar y por lo tanto cebar.
Al sondear pude comprobar que la profundidad superaba los 2,5 metros, que el fondo era muy homogéneo sin escalones, y que el lecho del río estaba compuesto por fango principalmente.
Con toda la información obtenida y con una minuciosa observación del escenario, pude crear una estrategia de pesca para concentrar los peces en el pesquil.
La orilla de enfrente al puesto, estaba totalmente colmatada por vegetación compuesta principalmente por eneas, juncos y espadañas, esta vegetación crece sobre el propio río, lo que crea un laberinto vegetal ideal para la fauna que encuentra en esta zona un refugio inexpugnable.
Teniendo en cuenta todos los aspectos del escenario, decido pescar muy cerca de los juntos, realizando lances precisos para evitar perder el aparejo entre la vegetación.
Una
vez cogida la distancia de lanzado, marque la línea con un rotulador específico
para esta labor, de tal manera que siempre lanzaba a la misma distancia, como
referencia elegí un gran fresno que tenía justo en frente, lo que me garantizo
lanzar siempre en el mismo punto.
Siempre
suelo iniciar mis jornadas de pesca sin cebar y en esta ocasión no iba a ser
menos, así puedo comprobar la actividad de los peces, y esta ocasión la
actividad era muy escasa.
Por
lo que procedí a realizar un cebado consistente, lanzando 7 u 8 bolas de engodo
del tamaño de una mandarina, para crear una mancha considerable de engodo sobre
el lecho del río.
Tras
unos instantes la actividad seguía siendo muy escasa, por lo que procedí a
cebar con gusanos y maíz, al no encolar los gusanos, estos caen lentamente y
tardan en llegar al fondo, por lo que los primeros en acudir a la zona de
cebado fueron los alburnos, que literalmente devoraban los gusanos.
Siempre
son los peces de menor tamaño los primeros en llegar a la zona de cebado, pero
es un paso necesario para que los peces más grandes se confíen y acudan a
alimentarse desplazando a los peces más pequeños.
Al
utilizar gusanos también como cebo en el propio anzuelo las primeras capturas
fueron perca soles y alburnos, lo que me hizo cambiar de estrategia, dejando de
cebar con gusanos y cambiando el cebo del anzuelo por maíz, al poco tiempo
capture la primera carpa, que me ofreció una bonita lucha, sacando bastante
línea del carrete y buscando refugio entre la vegetación, tras cansar al pez
correctamente, pude cobrar mi primera carpa.
La
jornada transcurrió con periodos con mucha actividad donde las carpas acudían al
puesto sin problemas con periodos de tranquilidad donde las carpas dejaban de
alimentarse, uno de los factores que motivaban los parones era el cambio en la
intensidad de la corriente del río, ya que en la mayor parte del tiempo la
corriente era inexistente y durante ciertos periodos de tiempo la corriente era
moderada, por lo que tenía que modificar el montaje de la línea concentrando
mas plomos a lo largo de la línea para mantener el flotador en el punto de
cebado, en estos periodos donde la corriente hacia apto de presencia las carpas
disminuían su actividad, dejaba de alimentarse, de saltar, no se percibían
señales de su presencia.
Los
periodos de tiempo donde mayor actividad obtuve fueron al mediodía y al
atardecer.
En
los ratos que no tenia actividad me dedique a disfrutar de la naturaleza, del
paisaje y de llenar dos bolsas de basura de residuos que había en la zona, lo
que siempre me hace pensar lo mal educada que están las personas que son
capaces de ir a un entorno natural y llenarlo de residuos, mi pregunta es: si
en sus casas no tiran por el pasillo, por el salón o demás habitaciones, las
latas de refresco, cerveza, hilos de pescar, bolsas, embases, colillas, etc…,
¿por qué lo tiran en el campo?.
Los
únicos que no decaían eran los alburnos que en el momento que ponía gusanos en
el anzuelo, acudían rápidamente, por lo que opte a utilizar gusanos y maíz a la
vez o solamente maíz, en el anzuelo para evitar así a los alburnos.
La
jornada de pesca a la inglesa, fue muy fructífera con 10 carpas capturadas, con 4 roturas de bajos debido a que las carpas se refugiaban entre la vegetación y
con otras tantas picadas no clavadas, en conclusión la pesca fue muy divertida
gracias a las bravas carpas de este río, de ahí la importancia de devolver los
peces a su medio, personalmente considero que practicar la pesca sin muerte
ofrece al pescador mayor satisfacción y prestigio, simplemente porque una vez
conseguido engañar al pez en su escenario en su hábitat y disfrutar de la lucha
que nos ofrece, el pescador obtiene su recompensa y por ello indultar al pez es
lo que procede, concienciarse de que al devolver al pez nos aseguramos capturas
futuras de ese mismo pez o de sus descendientes es fundamental.
Por
ello desde mi blog quiero concienciar y educar a los pescadores de que todas
las especies de peces que pesquemos sean devueltas en perfectas condiciones al
agua ya sea dulce o salda, solo practicando pesca sin muerte podremos seguir
practicando nuestro deporte de forma ética y sostenible.
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